sábado, 16 de julio de 2011

Uno que se va.-




Leo en la prensa que la que fue CTNE (la popular Telefónica, empresa de telecomunicaciones propiedad del Estado Español cuando el Estado era patrimonio común de los españoles) y ahora llamada Movistar, empresa trasnacional que explota a sus usuarios y reparte beneficios millonarios entre sus directivos, va a despedir en España a 6.500 trabajadores con el beneplácito del gobierno. ¿Porque sufre pérdidas? No, porque ha de acumular beneficios. Más beneficios de los que tiene actualmente.


Este jubilata sigue practicando la antigua creencia de que los trabajadores son parte de la empresa y su trabajo el principal motor de riqueza de un país decente. En esa creencia, no acaba de entender que echar al paro -aunque sea incentivado- a unos miles de trabajadores ayude a mejorar la economía de este país, ya a medio camino de convertirse en Ex-paña. Y lo entiende aún menos cuando más de un quinto de la población en edad laboral está sin trabajo; cuando la empresa tiene beneficios multimillonarios; cuando los lamentables y múltiples ERE suponen un coste social añadido a las cargas que estamos aguantando entre todos; cuando el empobrecimiento progresivo de las clases medias es fermento futuro de revueltas sociales que llegarán... cuando lleguen, pero llegarán. Y si no, arrieritos somos y en el camino nos encontraremos.


Dice la empresa que tiene 34.000 trabajadores en España, el doble que cualquiera de sus competidores, lo que le resulta muy oneroso para mantener la competitividad en un mercado donde los precios tienen que ir a la baja para mantener su cuota de clientes; bajadas que, por cierto, sus usuarios no vemos por ninguna parte.


Pero uno, que no entiende de macroeconomía, no acaba de entender por qué sus directivos han de repartirse esos bonus tan sustanciosos que ascienden a millones de euros anuales. Tampoco entiende por qué un tal Javier de Paz, íntimo del presidente del gobierno y ¡¡¡miembros del Comité Federal del Partido Socialista!!!, ha de asegurarse unos ingresos de 1,4 millones de euros por pertenecer al consejo de administración de Telefónica y de sus filiales en Argentina y Sao Paulo. Individuo, además miembro asesor de Telefónica Latam y de Telefónica Andalucía. Asimismo, presidente de la Comisión de Regulación del Consejo Asesor de Telefónica de España.


En fin, al jubilata le entran mareos cuando lee todos los cargos del señor ese que, por lo que se ve, es como dios omnipresente: en todas partes está (entre los íntimos de la Moncloa, entre los altos cargos del PSOE, en los órganos decisorios de Movistar) y en todos influye a mayor gloria de la verdadera religión de Todo por la Pasta. Y eso que uno no sabe de la misa la media e ignora la cantidad de tiburones conspicuos instalados ahí dentro, aparte del susodicho.


Por eso, este jubilata decide que se va de Movistar. Decide que no está más dispuesto a pagar 70 euros mensuales por su conexión a Internet. Decide que con su dinero no va a pagar a los Alierta, Javier de Paz y otros tantos oficiantes de la religión neoliberal, y se va a dar de baja.


Son sólo 70 euros mensuales, pero uno con su dinero va a donde le da la gana, o donde puede, que tampoco las otras empresas de telefonía se dedican a la caridad. Pero, al menos, protesta y quiere que conste. Y, aunque dispone de bien pocos e improbables lectores de su bitácora, invita, a quien quiera hacerle caso, a bardonar el barco de Movistar y dejarlo a la deriva con sus ratas al timón.


Este jubilata ha de decir en su descargo que no se trata de un calentón momentáneo. Que lleva ya meses pensándoselo y leyendo las noticias que le llegan al respecto, y ahora que el gobierno ha autorizado el despilfarro de tanta mano de obra y dineros públicos, es el momento de decidirse a obrar en consecuencia y buscar nueva operadora. Así podrá cambiar el objeto de su cabreo y descubrir (sin sorpresas, por otra parque) que quien le venda el nuevo servicio de telefonía es el mismo perro capitalista, pero con distinto collar.


De momento, para que el improbable lector vea que uno reflexiona antes de actuar, este jubilata aparca su decisión y se va una semana a Picos de Europa, a ver si el contacto con la naturaleza le hace olvidar los despropósitos de un sistema económico voraz que empobrece a la sociedad para enriquecerse a su costa.

1 comentario:

  1. Por favor, Juan José, no te vayas, no dejes así a la pobre gente de Movistar...!! Qué van a hacer sin tus 70 euros?? Vas a fundir a la empresa...!!!

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